Las listas negras y el doble estándar

Resulta que Argentina se opuso vehementemente a que Panamá pasara a la segunda fase del Foro Global de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y, a pesar de los grandes esfuerzos que realizaron la empresa privada y el Gobierno para pasar un paquete de leyes que recalcara el compromiso de nuestro país con la transparencia que exige el mundo moderno, nos mantendrá por un período más en la lista gris.

Por ser miembro del grupo denominado G-20, otro foro de países poderosos creado por la OCDE, Argentina tuvo el peso necesario para afectar a Panamá. Recuerden que estamos enfrascados con los argentinos en un pleito ante la Organización Mundial del Comercio que, tenemos entendido, les ganamos porque el gobierno de Cristina Kirchner quebró reglas del organismo al discriminar importaciones de bienes y servicios panameños.

Esto fue, ni más ni menos, un pase de factura. Acabo de cambiar mi posición personal sobre el verdadero dueño de islas Malvinas. Anda maestro… que The Falklands son inglesas.

El doble estándar de Estados Unidos y sus adláteres europeos, miembros de ese club de yeyés denominado la OCDE, no deja de sorprenderme. Un artículo publicado el 11 de agosto de este año en The Guardian, de Juliette Garside, titulado “Google's Alphabet restructure could get boost from Delaware tax loophole”, detalla claramente las ventajas fiscales para empresas multinacionales, como Google, en constituirse como una sociedad de Delaware. Más de un millón de sociedades se encuentran registradas en la dirección 2711 Centerville Road, en Wilmington, Delaware. Empresas gigantescas como Google, Toys R Us y Kmart han decidido establecerse en ese estado por una razón: la ventaja fiscal que les trae a sus arcas hacerlo. Así de sencillo.

El Código Fiscal de Delaware, entre otras ventajas, en su sección 1902 (b) (8) exime de cualquier tipo de impuestos a las empresas cuyas actividades sean destinadas “al mantenimiento y a la administración de sus inversiones intangibles… y el recaudo y distribución de ingresos producto del uso de esos intangibles o de propiedades tangibles localizadas fuera de este estado”.

El periodista acota: “Esencialmente, compañías sin operaciones en Delaware no pagan impuestos allí”. Mi pregunta es: ¿En qué se diferencia eso de Panamá? ¡Por qué sí es fácil y aceptable establecer empresas que no operen en Delaware, para pagar menos impuestos, y no en Panamá? ¿Dónde está Gurría y Saint-Amans de la OCDE?

Mi abuela decía: “El que paga la orquesta manda en la fiesta”, y decirle algo a los estadounidenses es inaceptable, pues se les acaba la vida de burócratas en limusinas, corbatas Hermès, restaurantes finos y oficinas refrigeradas.

¿Cómo funciona este mecanismo denominado el “Delaware Loophole”? Sencillo, la compañía de Delaware se hace dueña de la propiedad intelectual de todo su grupo y las subsidiarias tienen que pagarle regalías que no son gravadas en Delaware y se consideran gastos deducibles para las subsidiaras. Esto se llama ofrecer una ventaja competitiva para atraer inversiones y empleos a Delaware.

¿Por qué Panamá no las puede tener y sí un estado con 900 mil habitantes en Estados Unidos?

 

 

 

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