Una Mirada Al CRU De Colón

El 11 de junio de 2015, el CRU de Colón cumplió 34 años. Antes había funcionado como extensión universitaria. A fines de la década del 50 del siglo pasado se hicieron presentes en Colón cursos universitarios, cuando el 2 de agosto de 1957 el decano R. Moscote propuso un proyecto para darle cursos sabatinos a 75 estudiantes, cuya matrícula sería de B/.15.00 para los nuevos y B/.20.00 para los estudiantes viejos, con solo tres cursos para los primeros y 4 para los segundos. En septiembre de 1961 se promulgó la Ley No. 60, legalizando estos cursos.

La Extensión Universitaria de Colón transitó por escuela y colegios secundarios hasta que el 1 de octubre de 1979, con motivo de los Tratados Torrijos-Carter y la reversión de bienes, ocupó los edificios de la antigua escuela secundaria de Rainbow City (Arco Iris) y 14.9 ha, lo cual vino a constituir su patrimonio. A principios de 1970 se crean los Centros Regionales Universitarios bajo el sólido argumento de que los cursos impartidos en ellos de conformidad con lo establecido en el artículo 97 de la Constitución Nacional de 1972 debían tener la misma calidad y contenido académico de los impartidos en la Universidad de Panamá.

La Ley 11 de 8 de junio de 1981 le da un extraordinario impulso a los Centros Regionales Universitarios y en Colón empieza una jornada de fortalecimiento que ha permitido consolidar esta unidad académica. Con 12 facultades, 33 carreras y programas de Anexos en Nombre de Dios, Río Indio y Portobelo, con una planta de 300 docentes, un centenar de administrativos y con una importante oferta anual de profesionales a la comunidad, el CRU de Colón tiene una eficiente presencia en la sociedad colonense.

Pero importa mucho reflexionar sobre su realidad, principalmente en lo que a su patrimonio respecta. En sus terrenos están enclavado el estadio Armando Dely Valdés y el Club Activo 20-30, ambos a través de convenios que deben señalar derechos a la Universidad. Los universitarios colonenses desconocemos sobre los beneficios que debe percibir el CRU de Colón y no hay evidencias serias que den fe de un devolver positivo a la institución. El asunto crea suspicacia por la presencia de la Policía de Menores en los mismos terrenos cedidos al Club 20-30 en un acto que no se sabe si es dado en cesión o arriendo y si para ello tenía facultad el mencionado Club. Frente a esto, la máxima autoridad del CRU de Colón, dice que el asunto está en Asesoría Legal, para un acuerdo tripartita: Universidad-Club 2030-Policía.

Y en esa misma línea, el propio patrimonio del CRU de Colón fue ocupado en parte de su estacionamiento por una poderosa empresa que adelantaba trabajos en la construcción de la carretera de entrada a la ciudad de Colón y de la misma manera otra empresa de telefonía ocupó espacio durante el Verano 2015 sin que se tenga claro sobre los beneficios para la institución. Y ya antes, se estableció un circo en los predios de la institución, sin que tampoco se conozcan los beneficios derivados de su presencia en el CRU de Colón.

A los 34 años de existencia como Centro Universitario, echemos una mirada al CRU de Colón y emprendamos una jornada en defensa de su patrimonio.

 

Los comentarios están cerrados.