Justicia selectiva… la doble moral
Todo el mundo quiere justicia y que se castigue a los involucrados en actos de corrupción, no se espera menos en una sociedad civilizada y sometida al imperio de las leyes.
Lo que es inaceptable, es la demora para la justicia del ciudadano común que lleva en el corazón el dolor de la pérdida de un ser querido a manos de criminales violentos, pederastas en series o delincuentes comunes.
En Las Tablas, provincia de los Santos, los familiares de dos niñas desaparecidas esperan, no solo la seguridad y certeza del castigo de quien se las llevó y las mató, sino que no cese la búsqueda de sus cuerpos para que sus familiares tengan algo de consuelo y puedan ir a llorarlas ante una tumba.
Como ciudadano queda en mi memoria el horror de los cinco jóvenes de La Chorrera asesinados por dos dominicanos y su grupo criminal.
Lo más censurable de estos casos surge tras el comentario de uno de los familiares que visitaba al padre hospitalizado de una de las víctimas de La Chorrera. En la espera para entrar me comentaba: ‘Aquí ya no se sabe a quién responsabilizar más de este crimen'. Curioso, le pregunté: ¿Cómo así? ¿Acaso los que hicieron el crimen no están presos?'. Y este familiar me dice: ‘No, sabemos que faltan otros'. ‘Pero, lo más doloroso es la actuación de la Corte Suprema de Justicia, que con su demora para resolver los recursos, se hace tan cómplice como los que hicieron los crímenes, no les interesa resolver, porque tienen que atender otros casos de alto perfil'. ‘Para nosotros esto no termina, muchos se están enfermando por la falta de justicia'.
¡Qué palabras tan amargas para quien perdió un familiar de manera infame y que espera, para aliviar su dolor, un poco de Justicia de quienes se les confió esta loable función! Justicia denegada, justicia selectiva, justicia tardía, que no es justicia.
La Corte Suprema de Justicia debe responder con prontitud todos los casos y no resolver los casos por selectividad. ¿O es que estos jóvenes no merecen toda la justicia oportuna del mundo?