Hacia dónde va nuestro Sistema Penitenciario
Estimados lectores, retomando nuestra preocupación por el desarrollo de las políticas públicas de nuestro país, en esta ocasión seré enfática en que nuestra Constitución Nacional, en el artículo 28, indica: ‘El Sistema Penitenciario se funda en principios de SEGURIDAD, REHABILITACIÓN Y DEFENSA SOCIAL…', añadiendo de forma concluyente ante este artículo responsabilidad de los gobernantes: RESOCIALIZACIÓN Y REINSERCIÓN SOCIAL.
En nuestro país existe el sistema penitenciario de atención integral de adultos y el sistema penitenciario de atención integral a los adolescentes en conflicto con la Ley que se regula bajo sistema y regulación especial (Instituto de Estudios Interdisciplinarios); cabe mencionar que ambos se encuentran bajo el Ministerio de Gobierno. Producto del determinante deterioro del Sistema Penitenciario y descontrol por la carencia de política criminológica, personal idóneo, haciendo referencia a la inexistencia de experiencia y preparación y, ante todo, de compromiso real de la responsabilidad que implica atender este tema tan álgido para todos los Gobiernos, es lo que más ha incrementado el deterioro observado, creciente y destructivo, convirtiéndose en un sistema totalmente inoperante.
El Sistema Penitenciario es responsabilidad de país, no solo de los gobernantes y ministros del ramo que, lamentablemente, al llegar el momento de cambio de poder, producto de nuestro sistema político e idiosincrasia de pueblo, los Gobiernos cambian cada cinco años, se ha convertido ya para nuestro país, la mejor lotería, siendo criolla descriptivamente, que se designen en cargos tan delicados a ciudadanos responsables y preparados que comprendan que el administrar los fondos del Estado producto del ‘mandato del pueblo', CONTRATO SOCIAL de Jean-Jacques Rousseau, es un derecho que ha decidido el pueblo que así sea.
Esto no lo han heredado ni tenían derecho, son designaciones, reitero, para administrar nuestros recursos, en beneficio del pueblo no en beneficio de ellos y mucho menos peldaños para figuraciones destructivas, en donde lo que menos les interesa es desarrollar su principal compromiso: EFICIENCIA, CALIDAD Y RESULTADOS bajo los cargos que administran.
Quedando que fueron designados bajo falsas identificaciones de promesas de soluciones; sorpresa, al llegar a los cargos es donde se percatan de que no era como decían y que en realidad era más delicado de lo vociferado y que van a iniciar a estudiar, a aprender para entonces ver qué se puede hacer y ya pasaron los 5 años señores.
¿No les ha parecido muy común la identificación que acabo de hacer? Estimados lectores, qué tristeza observar de qué forma tan progresiva y acelerada se deteriora nuestra sociedad en donde las políticas públicas son determinantes en el norte de los pueblos y la educación debe ser siempre el principal pilar de toda sociedad.
Con qué admiración atendemos información de sociedades en donde los centros penitenciarios, tanto de adultos como de adolescentes, han ido disminuyendo. Podremos los panameños algún día lograr avances, cuando el tema de sistemas penitenciarios, de adultos o adolescentes, esté realmente atendido como política de Estado y tema de seguridad y no bajo la concepción de que no se puede hacer nada, solo rogar a Dios no caer en estos lugares y mucho menos nuestros familiares.
Porque debemos estar claros que es comparable el INFIERNO DE DANTE y quizá peor, porque estos individuos saldrán a la sociedad, si lo logran, a seguir en sus etapas de subsistencia, a veces, hasta bajo compromisos preadquiridos en estos lugares, producto de favores delictivos, pasando a incrementar las cifras de SIEC (Sistema de Integración de Estadísticas Criminales).
Hay que seguir trabajando para que en algún momento nuestros gobernantes comprendan que no solo se debe tener buena voluntad y que cualquier profesional posee la capacidad para la atención integral de estos sistemas que deben ser atendidos de forma multidisciplinaria bajo compromiso, conocimientos, experiencia y, ante todo, entender que no son cargos de figuración y para solo devengar salarios. Sigamos trabajando por nuestro país.