En Países Quebrados Migran Todos

El gobierno pasado inventó el Crisol de Razas, como permiso temporal, para que los extranjeros ilegales se legalizaran y encajaran luego en alguna categoría migratoria, que, dicho sea de paso, fueron aumentadas para darle más oportunidades a ellos, en detrimento de muchos profesionales panameños. Sin embargo, el proceso se corrompió y no solo se legalizó a los que ya vivían en Panamá, sino que se institucionalizó la legalización continua de un flujo de ilegales que a partir de entonces, siguió aumentando.

Ahora, 9 mil de ellos se tienen que ir porque se les venció el permiso de trabajo sin haber podido encajar en ninguna categoría migratoria. Es lamentable su situación, pero la ley se debe cumplir sin excepciones. Igual que se habla de que el Idaan tomará medidas contra los panameños morosos, cualesquiera sean sus limitaciones. También, los extranjeros deben cumplir la ley panameña.

¿A pesar de esto, los empresarios quieren que creamos que esos extranjeros son “mano de obra calificada”? De haberlo sido y estando Panamá tan “necesitado” de ellos, ¿cómo es posible que tengan que regresar a sus países por no encajar en ninguna categoría migratoria? Los inmigrantes que vienen de sociedades más precarias que la nuestra, aceptan cualquier paga y condición laboral ¿Eso es ser calificado o es permitirle al empleador ser explotador? ¿De qué le sirve a los panameños que se generen empleos, si los aprovechan extranjeros? ¿Por qué no entrenan a los nacionales y los contratan?

Por otro lado, ¿Cómo es posible que estas personas, que no soportan la competencia ni practican la inteligencia de mercado y solo aspiran al monopolio, corrompiendo a las autoridades, paguen y traten mal a sus empleados? ¿Cómo es posible que digan que en Panamá no hay “mano de obra calificada” y que, ante esto, nuestras casas de estudio y gremios se queden callados? Si los panameños permitimos que esta situación continúe, “colonizarán” al país entero.

Colón, por ejemplo, tiene una pequeña zona franca, floreciente y llena de dinero, en la que la gran mayoría de las personas que trabajan no son colonenses. Mientras, el resto se hunde en la pobreza. Nos han hecho creer que el colonense es vago y no calificado (cuando inclusive, muchos de ellos fueron entrenados directamente por los estadounidenses). ¿Será que no aceptaron los salarios de miseria que ofrecían los “grandes empresarios” de aquel entonces, que empezaron a traer gente de todo el país y castigaron a toda la provincia en represalia? Algo similar le podría ocurrir a Panamá, una pequeña ciudad muy rica, en la que solo trabajarían los extranjeros y el resto de los “vagos” panameños nos moriríamos de hambre.

Nuestras carencias sociales exigen honestidad, ¡Basta de tanta hipocresía empresarial! De continuar así, terminaremos convirtiendo a Panamá en otro de esos países de donde huye la gente. Y muchos empresarios, también tendrán que huir. Si no lo creen, pregúntenle a cualquiera de los tantos que han migrado. Porque en países quebrados no solo migran empleados, sino empleadores también.

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