Ricardo Martinelli dobla la apuesta y pierde

El expresidente Ricardo Martinelli Berrocal está decidido a obtener la libertad bajo fianza. Y por eso, sus abogados en Miami presentaron ayer una moción en la cual señalaron estar dispuestos a aceptar que se le aplicaran a Martinelli las mismas condiciones que un juez federal de Nueva York otorgó a un exdirigente del fútbol detenido por corrupción en el año 2015, a saber: el pago de una fianza de $20 millones, arresto domiciliario permanente y vigilancia electrónica, así como la entrega de sus pasaportes. La propuesta buscaba disuadir el “riesgo de fuga” alegado anteriormente para no otorgar la primera solicitud de fianza. Aunque dicha propuesta incluía aspectos que convertían la residencia de Martinelli “en un lugar de encarcelamiento” según definió su abogado Marcos Jiménez, esta no fue suficiente para convencer al juez Edwin Torres, de la Corte del Distrito Sur de la Florida, que la rechazó el mismo día. A lo que el juez sí accedió fue a posponer la fecha de la audiencia de extradición, originalmente pactada para el 25 de julio. La defensa solicitó, por lo menos, dos semanas adicionales, a fin de examinar la “voluminosa” documentación aportada por la fiscalía para sustentar el pedido de extradición a Panamá. Como nueva fecha, Jiménez sugirió el 8 de agosto, pero sucede que el tribunal no estará disponible del 7 al 14 de agosto. Ante la negativa de Martinelli a tener que esperar más allá del 8 de agosto, se acordó finalmente celebrar la audiencia el próximo 3 de agosto a las 9:00 a.m.

No es la primera vez que Torres niega libertad bajo fianza al exgobernante. Ya lo hizo el 7 de julio pasado, pese a que entonces Martinelli proponía abonar el 10% de una fianza de $5 millones respaldada por su esposa, Marta Linares de Martinelli, más otra fianza personal de $2 millones, así como la entrega de la custodia de su avión privado. Para sustentar la nueva solicitud, Martinelli se equiparó a sí mismo con un acaudalado exdirigente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), acusado de corrupción como parte el escándalo de los sobornos en el fútbol en 2015, que le costó el puesto al entonces presidente de dicho organismo, Joseph Blatter. Se trata del paraguayo Juan Ángel Napout, detenido en 2015 en Suiza y poco después extraditado a Nueva York para enfrentar cargos por extorsión, lavado de dinero y conspiración. El equipo legal de Martinelli lo describe como un hombre con una riqueza “aparentemente” considerable, dado que estuvo dispuesto a afrontar una fianza de $20 millones, de los cuales la mitad fue pagada en efectivo. El resto fue consignado a través de una carta de crédito por $7 millones suscrita por un banco estadounidenses a favor de Estados Unidos de América y una hipoteca de $3 millones. El juez federal Robert Levy aprobó la propuesta, que incluía además arresto domiciliario, vigilancia electrónica y entregar sus pasaportes. Napout tenía uno paraguayo y otro italiano. Los abogados de Martinelli comunicaron al juez Torres que su cliente estaba dispuesto a aceptar todo eso. En la propuesta se puntualizó que la detención domiciliaria se llevaría a cabo en una residencia previamente revisada por las autoridades federales hasta donde se sabe, Martinelli tiene un apartamento frente al mar en Brickell y una mansión en Coral Gables. El exgobernante aceptaba también la compañía diaria de agentes de seguridad las 24 horas y el restablecimiento de las alertas a Interpol. Estos agentes permanecerían en todos los puntos de entrada de la residencia y lo escoltarían a sus citas médicas y comparecencias judiciales.

“Los costos de ese servicio de seguridad correrán exclusivamente por cuenta del presidente Martinelli, quien también firmará una renuncia y liberación de responsabilidad, que autoriza al servicio de seguridad privada para aprehender al presidente Martinelli si es necesario y notificar inmediatamente al FBI de cualquier desviación no autorizada de su residencia”, señala la propuesta que entregó ayer el abogado del exgobernante. Dicho de otro modo, Martinelli estaba dispuesto a convertir su casa “en un lugar de encarcelamiento”. Aquello era preferible, pese a que el propio juez Torres, en su momento, recordó que el exgobernante tenía la opción de regresar “voluntariamente” a Panamá, donde es requerido por la interceptación no autorizada de comunicaciones desde el Consejo de Seguridad Nacional, en los dos últimos años de su mandato. Con esta nueva propuesta de fianza, la defensa de Martinelli pretendía “eliminar” las preocupaciones del juez Torres, que hace 10 días negó un pedido de fianza por considerar que existe un “alto riesgo de fuga”. Torres no tardó mucho en rechazar la nueva solicitud. Lo hizo ayer mismo, horas después de que la defensa planteara sus argumentos que, salvo por la cantidad de millones, no difieren mucho de lo hasta ahora presentado, ante la oposición de la fiscalía de Miami. Por ahora, Martinelli seguirá en el Centro de Detenciones Federales del centro de Miami, aquel al que ingresó el mismo día de su detención el 12 de junio pasado. Su próxima cita, entonces, será el 3 de agosto.

 

 

Mónica Palm

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