Nuevas pistas en caso de espionaje

La trama surgida por la interceptación de comunicaciones en el gobierno de Ricardo Martinelli tiene un nuevo elemento. Fue identificado el responsable de procesar en un correo electrónico la información producto de las escuchas ilegales a 150 personas. Se trata de Ismael Pittí, exfuncionario del Consejo de Seguridad Nacional, quien en el correo brad.pty507@gmail.com compilaba la información.

Así lo narraron funcionarios del Consejo que recientemente rindieron declaración jurada ante la Fiscalía Especializada contra la Delincuencia Organizada, a cargo de la investigación que tiene tras las rejas a Alejandro Garuz y Gustavo Pérez, exsecretarios del Consejo de Seguridad, acusados de la presunta comisión del delito de violación del secreto y el derecho a la intimidad.

Durante la declaración jurada, uno de los funcionarios dijo que Martinelli pidió recoger las tarjetas magnéticas para acceder a la oficina donde se guardaban los aparatos de escuchas, para limitar la entrada solo a Ronny Rodríguez, alias Didier; William Pittí, alías Guillermo, e Ismael Pittí, alias Brad.

‘Brad’, otro espía clave en el caso de los pinchazos

Ismael Pittí se llama el hombre que se encargó de recopilar en un correo electrónico la información obtenida producto de la interceptación de comunicaciones a al menos 150 personas durante el pasado gobierno.

Pittí, que en el mundo del espionaje respondía al nombre de Brad, para sus propósitos usaba el correo: brad.pty507@gmail.com. Brad trabajaba en equipo con Ronny Rodríguez alias Didier y con William Pittí alias Guillermo, a quienes la justicia reclama para que rindan cuentas por la presunta comisión de los delitos de inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad.

El nombre de Ismael Pittí salió a relucir el pasado 11 de marzo, día en que cuatro agentes de inteligencia del Consejo de Seguridad Nacional rindieron declaración jurada ante el fiscal adjunto [Ricardo Muñoz] de la Fiscalía Especializada contra la Delincuencia Organizada.

En la declaración a la que tuvo acceso este medio, los agentes agregaron que Brad, de paradero desconocido, respondía a las órdenes del jefe de la Dirección de Inteligencia, Ronny Rodríguez.

La información aportada a la Fiscalía por los colaboradores del organismo de inteligencia, coincide con lo que un testigo protegido reveló en una declaración jurada efectuada el miércoles 6 de agosto de 2014, cuando entonces la Fiscalía Auxiliar adelantaba las averiguaciones del proceso.

En aquella ocasión el mencionado testigo sustentó, además, que el correo electrónico solamente era utilizado para ese tipo de trabajo (pinchazos), es decir, que este correo no era de uso personal.

ACCESO LIMITADO

Los cuatro agentes que declararon el pasado 11 de marzo, también concordaron ante el fiscal Muñoz que los únicos que tenían acceso a la oficina en donde supuestamente se realizaban los pinchazos eran tres personas: Didier, Guillermo y Brad.

El trío poseía las tarjetas magnéticas para entrar a la oficina donde supuestamente se encontraban los equipos para las operaciones ilegales de escuchas.

Unos de estos agentes declaró que antes de ser trasladados al edificio 150, lugar donde se realizaban las operaciones ilegales de escuchas, Didier mandó a su secretaria a que retirara las tarjetas magnéticas que los demás funcionarios tenían.

El espía indicó que dicha orden fue emitida por el entonces presidente de la República, Ricardo Martinelli.

Fuentes del Ministerio Público informaron que en los próximos días, la fiscalía tomará declaraciones a seis agentes de inteligencia del Consejo de Seguridad. Dos de ellos brindarán declaración jurada hoy. Por esta caso, están detenidos los exsecretarios del Consejo de Seguridad Alejandro Garuz y Gustavo Pérez. Se les acusa de la supuesta comisión del delito de inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad. Desde el 16 de enero, ambos exfuncionarios se encuentra recluidos en la cárcel La Gran Joya.

Mientras que los agentes Pittí y Rodríguez, acusados por el mismo delito, están prófugos de la justicia.

Con la trama de espionaje de la era Martinelli se le violaron las comunicaciones a empresarios, abogados, políticos de oposición, activistas de la sociedad civil y periodistas, entre otros.

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