Moore y Tovar, piezas clave en el control de la Corte Suprema

En enero próximo, dos acontecimientos importantes se darán en la Corte Suprema de Justicia (CSJ): la toma de posesión de dos nuevos magistrados y la elección del presidente de esta corporación de justicia.

Una fuente del Órgano Judicial indicó a La Estrella de Panamá que José Ayú Prado cuenta con los votos para reelegirse como presidente del Palacio Gil Ponce, y convertirse en el segundo en estar tres veces consecutivas al frente de la máxima magistratura de justicia. El primero fue el magistrado Arturo Hoyos (1994-1999).

Ayú Prado contaría con los votos del llamado ‘Clan de U’, un grupo de sus amigos de la universidad. Entre ellos están los magistrados Ángela Russo, Luis Ramón Fábrega y Cecilio Cedalise, de quien además es coterráneo, informó la fuente judicial.

A estos tres votos se sumaría el del magistrado Hernán De León, considerado un aliado de Ayú Prado. Estos cuatro votos más el propio harían cinco, el mínimo requerido para reelegirse en el cargo.

‘EL ÓRGANO JUDICIAL NECESITA REPLANTEARSE SU IMAGEN Y SU PAPEL EN LA SOCIEDAD, ESTO NO SERÍA POSIBLE CON LA MISMA DIRIGENCIA’,

JUAN CARLOS ARAÚZ

EXPRESIDENTE DEL CNA

Ayú Prado no solo dirigiría por tercera ocasión las decisiones administrativas de la Corte, sino que controlaría la presidencia de la Sala Cuarta de Negocios y la Sala Segunda de lo Penal, donde se llevan emblemáticos procesos por corrupción. Aunque cada sala está integrada por tres jueces, cada caso requiere de dos votos como mayoría para que se tome una decisión judicial.

No obstante, la última palabra no se ha dicho aún. Del otro lado se encuentra el magistrado Harry Díaz, pariente de Temístocles Díaz, asesor del presidente Juan Carlos Varela.

El magistrado Díaz, quien aspiró a suceder en el cargo a su colega Ayú Prado y quien ha sido un fuerte opositor de su gestión, intenta romper este bloque para impedir que repita en la presidencia de la CSJ, explicó la fuente. En su intención, Díaz podría contar con el voto de Abel Zamorano, quien siempre ha tomado distancia de Ayú Prado. En la pasada elección, Zamorano le cedió su voto a Díaz.

El magistrado Díaz intentaría también conquistar el voto de Russo, designada magistrada por la administración Varela, por diez años.

En este escenario aparecen las nuevas magistradas designadas por el presidente, quienes reemplazarían a Jerónimo Mejía y Oydén Ortega en la Sala Segunda de lo Penal y en la Sala Primera de lo Civil, respectivamente. Se trata de Zuleyka Moore y de Ana Lucrecia Tovar de Zarak, a la espera de su ratificación por la Asamblea Nacional.

Moore y Tovar tienen un empedrado camino para llegar a la Corte debido a la fuerte oposición que existe en la Asamblea Nacional para ratificar su designación; según la fuente judicial, sus votos no beneficiarían a Ayú Prado.

El 4 de enero de 2016, Ayú Prado fue reelecto para un segundo periodo como presidente. Su elección generó cuestionamientos a la administración de justicia y especialmente contra los magistrados Russo y Cedalise, designados ese mismo año.

Ante una eventual reelección de Ayú Prado, Juan Carlos Araúz, expresidente del Colegio Nacional de Abogados, considera que el Órgano Judicial necesita replantearse su imagen y su papel en la sociedad, y esto no sería posible con la misma directiva.

Según Araúz, la gestión de Ayú Prado ha sido ‘accidentada, sin cambios en la administración de justicia’.

El abogado añade que la administración de Ayú Prado ha causado un distanciamiento entre la Corte y la sociedad que ha hecho difícil entender su funcionamiento.

 

Marlene Testa

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