‘Mi jefe era el señor De Obarrio’

Adolfo Chichi De Obarrio, ese joven que gastó una fortuna en su ostentosa boda en el Trump Ocean Club a principios de 2013, llegó a la Presidencia de la República en 2009 como secretario privado del mandatario Ricardo Martinelli.

A partir de entonces, su estilo de vida pasó de ser el de un funcionario al de un millonario… en tan solo cinco años.

Y aunque sus funciones en papel eran el de un asistente, en la práctica era el jefe de una institución que manejó, de acuerdo con las últimas cifras, miles de millones de dólares: El Programa de Ayuda Nacional (PAN), cuyos dos exdirectores –Giacomo Tamburrelli y Rafael Guardia Jaén– son objeto de una investigación. Ambos apuntaron su dedo índice hacia Chichi De Obarrio –y Ricardo Martinelli– cuando respondían preguntas sobre quién tomaba las decisiones en el PAN.

Guardia Jaén, en la ampliación de su indagatoria de la semana pasada –cuando decidió cooperar y decir todo lo que sabía de los negociados en el PAN– dejó mal parado a De Obarrio cuando, al contestar la primera pregunta, dejó claro que los proveedores de esta institución no eran elegidos por él, sino que “seguía instrucciones del señor Chichi De Obarrio”.

De Obarrio pertenece a un pequeño grupo de jóvenes que se podría decir que son parte de un “círculo cero” de los hijos del expresidente Martinelli (Ricardo Rica Martinelli Linares y Luis Enrique Martinelli Linares). Varios de ellos ocuparon cargos en el servicio exterior panameño o en instituciones del Estado, donde también se registraron escándalos.

La influencia de De Obarrio fue notoria. Prueba de ello es que Guardia Jaén contó a la fiscalía que él llegó a ser director del PAN porque fue recomendado “con ayuda del señor Chichi De Obarrio, quien, a su vez, me recomendó con el Presidente para que asumiera dicha posición y ya por esta situación yo seguía sus instrucciones”.

Guardia Jaén dijo que conoció a De Obarrio en 2008, en la campaña política en la que él corrió, sin éxito, para ser diputado, cargo que le habría quedado pequeño a juzgar por el volumen de sus negocios en el PAN, que le permitió amasar una fortuna en efectivo, bienes e inmuebles que suman decenas de millones de dólares.

EL JEFE y EL ‘INSTRUMENTO’

Si bien el PAN contaba con una junta directiva que formalmente debía autorizar todas las compras superiores a los 300 mil dólares, en la práctica, fueron pocos los contratos adjudicados por esa vía. La mayoría de las veces, las compras eran fraccionadas y, de esta forma, centenares de millones de dólares eran manejados con total discreción entre Martinelli, De Obarrio y Guardia Jaén, de acuerdo a lo que se desprende de las indagatorias de este último y de las que ha hecho Giacomo Tamburrelli.

Según Guardia Jaén, su superior jerárquico era el ministro de la Presidencia, pero en la práctica, su autoridad “era casi nula, porque él no manejaba la institución. Esta era dirigida por [De] Obarrio porque del que yo recibía instrucciones directas era de Adolfo De Obarrio, no del Ministro [pues] nunca le comenté nada a este último porque eran instrucciones de la Presidencia” (ver facsímil).

El método para administrar el PAN era muy abreviado comparado con los procesos estándares del Estado. De acuerdo con Guardia Jaén, “yo solo recibía instrucciones de dos personas para casos específicos para este tipo de programas [compra de granos]: del señor Presidente y del señor De Obarrio. La modalidad era que Chichi De Obarrio me llamaba, me pasaba al Presidente y este me decía: ‘Haz lo que te dice Chichi De Obarrio”. Así de simple.

 

Los comentarios están cerrados.