Las reformas electorales

Y a lo hemos dicho, las reformas electorales no buscan garantizar un proceso electoral democrático; lo que buscan es crear un saco a la medida de los partidos gobernantes. Y es que justo lo que Panamá necesita es un cambio en la forma de escoger a los diputados, para garantizar que la Asamblea sirva de verdadero contrapeso del Ejecutivo. Hoy todo depende del gobernante de turno y los diputados son una extensión de su poder. En el período pasado, que se reformó el Código Electoral, el Gobierno de Martinelli eliminó el voto plancha. Aduciendo que la elección de los diputados a través del método de que cada cabeza sea un voto, se promovía la democracia, la realidad es que la idea detrás es que el partido gobernante, en este caso el Cambio Democrático, se alzara con la mayor cantidad de curules. Ahora el partido gobernante, el Panameñista, vuelve a la elección de los diputados a través del voto plancha. Lo que hay detrás de este esquema es que el panameñismo se alce con la mayor cantidad de curules en el 2019, para el control del Legislativo. Así las cosas, el presidente Juan Carlos Varela seguirá en deuda con la sociedad panameña, porque las reformas no traerán más transparencia ni más democracia; lo que traerán es mayor control del partido gobernante hacia la próxima asamblea y la repetición de lo que hizo Martinelli en su momento. Hasta que no se independice verdaderamente del Ejecutivo y el Judicial, Panamá seguirá inmersa en el clientelismo y el juegavivo.

Redacción La Estrella de Panamá

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