Defensa de Martinelli critica actuación de exembajador Feeley

La estrategia del nuevo equipo de defensa del expresidente Ricardo Martinelli es sacar el proceso de los pinchazos telefónicos por el cual Panamá ha solicitado su extradición del plano legal y centrarlo en una supuesta persecución de parte del actual presidente, Juan Carlos Varela.

Las abogadas Inna Shapovalov y Nataly Santos, especialistas en asuntos migratorios, explicaron ayer en conferencia de prensa que presentaron ante el Departamento de Estado norteamericano un paquete de 432 páginas con el que librarán la lucha política para que se detenga la extradición de su cliente, quien está detenido desde el 12 de junio de 2017 en la prisión federal de Miami, Florida.

Con este paquete de ‘pruebas’ presentadas a Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, quien tiene la última palabra en el caso, las juristas tienen la esperanza de que se valoren hechos que las cortes norteamericanas no toman en cuenta en este proceso.

Asimismo, enumeraron algunos puntos que, aducen, prueban una relación de ‘odio’ entre el actual presidente Varela y Martinelli. Uno de ellos, el día en que Martinelli despidió a su entonces canciller y vicepresidente. Shapovalov lo presentó como una evidencia de persecución política contra su cliente: ‘En el quinto aniversario de su despido, hizo una conferencia de prensa y dijo que el día que lo despidieron fue uno de los más difíciles de su vida pública’, citó.

Sin embargo, el giro de la defensa riñe con los mensajes que aparecen en la cuenta de Twitter de Martinelli, quien anuncia que ‘pronto estará en su amado Panamá’.

Según las abogadas de Martinelli, ayer comenzó el conteo de los 60 días con los que cuenta el Departamento de Estado para decidir si extraditará o no al exmandatario.

Entre los argumentos que presentó la defensa para evitar la extradición citan el deplorable estado de las cárceles panameñas (hacinamiento, falta de sanidad), los malos tratos carcelarios y que podría ser torturado en prisión.

También hablaron de la política exterior de Varela, criticándola de no estar alineada con los intereses de Estados Unidos y haciendo referencia al inicio de relaciones de Panamá con China continental, punto que, a criterio de la defensa, podría jugar a su favor.

Luego, las juristas trajeron a colación el comportamiento del exembajador de Estados Unidos en Panamá John Feeley, quien manifestó al The New Yorker que ‘hizo esfuerzos para la detención de Martinelli’. ‘Si Feeley no hubiera intervenido en su detención, ¿lo hubieran detenido?, ¿fue apropiado para él hacer lo que hizo como embajador? Ni siquiera era parte de sus funciones. (…) Fue más allá de sus responsabilidades y se convirtió en un policía o en fiscal, era un vigilante’, reflexionó Shapovalov.

Como el caso ahora se torna meramente político, la abogada trajo a colación las diferencias entre Feeley, quien ostentaba un alto cargo en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado durante la administración de Hillary Clinton, y el republicano Donald Trump. ‘Confesó que su cargo fue de tipo inusual, pero empezó a involucrarse en asuntos internos de Panamá. Trató de implicar cargos contra un sospechoso de lavado de dinero y luego hizo esfuerzos para la extradición de Martinelli’, recordó la abogada.

Luis Eduardo Camacho, vocero de Martinelli, encabezó la conferencia de prensa en Estados Unidos. Sidney Sittón, otro de sus abogados de Martinelli que solía mantener contacto estrecho con el caso en Estados Unidos, no estuvo presente. Un intercambio de tuits ha dejado entrever claras diferencias entre ambos.

Adelita Coriat

 

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