Corrupción…

Recientemente, un dirigente gremial dijo que en su organización no toleran la corrupción, sin embargo la corrupción involucra, al menos, dos partes, el empresario interesado en obtener ventajas con sobre precios que un contrato le puede significar y el burócrata, con capacidad de decisión, cuyo interés es la obtención de dinero fácil. Sin voluntad de ambas partes y sin la coima concertada, jamás habría perjuicio a las arcas públicas. Este es el mecanismo que explica el ‘desprendimiento’ de especuladores que ‘invierten’ grandes sumas en campañas políticas y que, una vez instalado el gobierno, resultan generosamente compensados con posiciones claves y contratos para proveer al Estado toda clase de bienes y servicios. Por supuesto que otros elementos pueden intervenir en la corrupción, como cuando el funcionario que debe supervisar y controlar los gastos del sector público no cumple su deber, y otras instituciones, como el Ministerio Público o la UAF, tampoco lo hacen, lo cual propicia la institucionalización de la corrupción. La mega empresa que fue expulsada, deshonrosamente, del gremio empresarial debe rendir cuentas, no pactar acuerdos y menos aún, dar nuevas coimas, y las autoridades deben cumplir su deber, no promover el encubrimiento, porque la impunidad genera mayor corrupción. No hablen más de transparencia, actúen como corresponde y hagan justicia, caiga quien caiga.

Redacción La Estrella de Panamá

 

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